viernes, 10 de junio de 2011

Causales casualidades

- Pero, ¿cómo puedes estar ya sentada? ¡Vas de la cama a la silla!

Sí, se podría decir que no se ha levantado de la cama cuando ya está sentada en la cocina. Cada mañana, el mismo recorrido: de la cama al aseo a lavarse la cara con agua bien fría, y de ahí, a la cocina a prepararse un café en su taza con vacas dibujadas sobre fondo lila. Siempre se sienta en la única silla de la cocina a tomárselo, despacio, tranquilamente, saboreando cada sorbo. Sus amigas no dejan de sorprenderse cuando la ven, mañana tras mañana, sentarse para desayunar, mientras ellas corren de un lado para otro preparándose para el día que empieza. Piensan (y le recuerdan) que es imposible que esté cansada, recién levantada, que debería prepararse rápido porque es ya época de exámenes y la biblioteca se llena pronto; si quieren estar todas sentadas juntas (o al menos, cerca unas de otras), deberían salir temprano.


Pero ella no se sienta en la silla porque esté cansada. En realidad, cada mañana, su cerebro trabaja a pleno rendimiento mientras se bebe ese café calentito, sentada con las piernas encogidas junto al pecho y la mirada perdida.

Desde hace tiempo, diversas personas de su entorno (ese tipo de personas que están siempre ahí, que te conocen y saben casi en cada momento qué es lo que piensas, quieres o necesitas), sin tener nada que ver entre sí, sin tener un posible contacto que hubiera podido propiciar una unión para sabotear sus pensamientos, le han dicho lo mismo:

- Las cosas no pasan por casualidad, sino por causalidad.

Pero ella nunca creyó que las cosas pasaran atendiendo a algo ya escrito: Ni destino, ni Dios que todo lo organiza y dispone, ni Parcas hilando durante toda la eternidad... Siempre pensó que las cosas sucedían como combinación de una serie de casualidades y de las decisiones que cada uno toma. La primera vez que escuchó aquella frase, se rió, como quitando importancia a un comentario que sabía podría desembocar en irremediable tragedia. La segunda vez, le sorprendió e, incluso, le hizo gracia oír aquellas palabras de otra persona. Pensó: "seguro que lo han dicho en alguna serie hace poco". La tercera vez, se quedó mirando los coches que pasaban, en silencio.
Una de aquellas personas (¿la segunda? es posible que fuera la segunda... sin duda, la segunda persona en decírselo es quien más y mejor la conoce) añadió un comentario, explicando mejor qué había querido decir:

- Las cosas pasan porque sí, está claro, sin que nadie pueda predecirlo... pero pasan porque tienen que pasar. Todo ocurre por un motivo. No lo olvides, si esto ha pasado así y ahora, es porque tenía que pasar así y ahora.

Ahora, cada mañana, se sienta en la silla de la cocina y piensa en las casualidades que se han ido sucediendo a lo largo de los meses...


¿Causales casualidades o casuales causalidades?



1 comentario:

  1. Yo también quiero casualidades, causalidades... lo que sea, pero que me pasen! :)

    pd: me gusta!

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